martes, 2 de diciembre de 2014

Cuando haya despojado
mi vida...
de dolores hirientes
y la paz sea la nota tonal adherida,
cuando el frío ya no duela
ni marchite
cada paso...
cada huella,
cada herida,
cuando aguaceros
sin pausa
broten del corazón maltrecho,
malherido
y días de soles radiantes
sean mi guía,
mi destino,
y salgan al paso en mi camino...
cuando la belleza del horizonte
encienda mis pupilas desnudas
incrédulas,
vacías y ciegas,
cuando todo eso ocurra...
sabré por fin que te he querido...
que te he amado con inmensa locura...
recuperando mis estados,
retornando al hogar
ese apreciado lugar singular
donde mora tu mirada
donde habita la divinidad...

Noviembre.2014.

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